Cómo Superar un Estado de Preocupación

Cómo Superar un Estado de Preocupación

Juan 14:27 “La paz os dejo, mi paz les doy; yo no se las doy como la da el mundo. No se turbe su corazón, ni tengan miedo”.

El Señor vela por nosotros en cada situación o temporada de nuestra vida que estemos atravesando.

Definamos qué es preocupación: Es intranquilidad, inquietud o temor que produce alguna cosa, un buen ejemplo es preocupación por el futuro y sientes que no hay nada concreto que te puedas hacer. O sea vemos el papel crucial que juega la mente en una persona preocupada o angustiada. En el término griego significa dividir, romper, o partir en dos. La palabra primaria del Nuevo Testamento para preocupación (marimna) significa estar ansioso, estar distraído, tener una mente dividida. Estos son los efectos que puede producir en el ser humano. La preocupación por el futuro estorba los esfuerzo del presente y se puede convertir en ansiedad y angustia, y en estado de ansiedad y angustia permanente lleva a la desesperación. Hay un pensamiento que dice que la tristeza mira hacia atrás, la preocupación mira alrededor, pero la fe mira hacia arriba. Aso­ es, que la preocupación termina donde la fé comienza.

Una de las cosas que más preocupación causa, son los cambios de la vida, pues algunos nos gustarán y otros no, pero lo importante es que sea lo que sea debemos enfrentarlos y trabajar con ellos hasta lograr adaptarnos. Recuerda que no hay meta inalcanzable, sino gente que se cansa a mitad del camino. John Locke (filósofo inglés) cita: “Lo que te preocupa te esclaviza”. Pues es muy cierto, la preocupación nos esclaviza, quita la alegría, roba la paz, la felicidad, es un ladrón. La preocupación no resolverá los problemas presentes ni los del mañana, solo nos quitaran la fuerza para seguir luchando. Es como si se comenzara a levantar una gran muralla que no te permite ver las bendiciones y el destino que ya Dios te ha dado. Todo comienza con una preocupación y va creciendo y creciendo poco a poco, a veces ni lo notamos. Y se vuelve ansiedad, luego angustia, temor, dolor, depresión (estrés, el nombre moderno de hoy) y sigue creciendo esa muralla que no te permite ver, te sientes atrapada , sin salida, y si no la detienes y la derrumbas no podrás alcanzar todas las promesas que el Padre te ha dado a través de su Hijo, Jesucristo. Todo es una mentira que el enemigo nos hace creer para desviarnos del proposito de Dios en nuestras vidas.

Parte de nuestras preocupaciones viene del pasado, es el temor de volver a sufrir dolor, de experimentar pérdida o experiencias vividas en el pasado que no hemos acabado de cerrar esa puerta que trajo tanto dolor a nuestra vida. Debemos enfrentarla, decidirnos a tomar la acción y dejarla atrás, o sea cerrar esa puerta donde no hemos permitido al Espí­ritu Santo entrar y ser Señor de esa area de nuestra vida.

Hay preocupaciones o inquietudes genuinas o positivas (éstas te estimulan a actuar y buscar soluciones) y otras que son negativas o dañinas (éstas te causan ansiedad y te perturban, no sabes como resolverlas). Debemos identificarlas y trabajar con ellas. Algunos síntomas de que tu preocupación es negativa son: Nos roba el sueño, sentimos temor, a veces hasta pánico, y en ocasiones culpamos a otros por lo que nos pasa.

CóMO CONVERTIR LA PREOCUPACION Y ANSIEDAD EN CALMA

Dios invita a todos sus hijos a echar todas sus ansiedades sobre Él (1 Pedro 5:7). Jesús dijo: “No se preocupen” (Mateo 6:31). Dijo: “No estên preocupados por el futuro, porque el futuro se preocupará de sí mismo” (Mateo 6:34, Versión Peshitta). As­ que no os afanáis por el día de mañana, porque el dí­a de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio afán” (Versión RV).

Es triste ver que hemos perdido la costumbre que nuestros ancestros usaban cuando se referían a algo que querían hacer o que iba a suceder. Ellos decí­an, “si Dios lo permite”; ¿y sabes? es una frase que la encontramos en la Biblia, en Santiago 4:15: “Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello” (Versión RV). Pienso que muchos de nuestros ancestros que decían: “si Dios lo permite”, ni siquiera eran cristianos o estudiaban la Biblia; pues considero que era un “dicho” muy popular entre ellos. Y nosotros como cristianos debemos aprender a estar totalmente sujetos a nuestro Dios, porque sólo Él conoce y tiene el control del futuro. Pongámos todos nuestros planes en la mano de Dios. La preocupación es lo contrario a la fe, que es confiar en nuestro Dios. Recordemos que Pablo dijo a los de Filipos: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”(Filipenses 4:6-7). Proverbios 12:25 cita que la congoja en el corazón del hombre lo abate; mas la buena palabra lo alegra.

Salmos 55:22

“Echa sobre Jehová tu carga, y Él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo”.

“Venid a mí todos los que estéis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí­, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga” (Mateo 11:28-30).

La preocupación de Abraham por Lot era positiva, genuina, pero Él decidió presentarla a Yahweh Dios, y oró al Padre e intercedió por Sodoma y Gomorra y Él escucho y obró a favor de Lot. Vemos como la reina Ester, cuando se entera que su pueblo iba a ser destruido; oró, ayuno y fue escuchada. Débora oró y tomó acción creyéndole a su Dios. Sabes, son muchos los que la Palabra menciona que tuvieron preocupaciones, pero todos ellos sabían donde acudir y fueron escuchados; cuanto mas nosotros que tenemos a Jesús a la diestra del Padre como nuestro abogado intercediendo por nosotros.

Romanos 8:37-39

“Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ¡ngeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”.

“Levántate y resplandece oh moradora de Sión porque grande es en medio de ti el santo de Israel”.

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